Es muy difícil asumir una enfermedad crónica, como habrá cambios en el estilo de vida a otros modos de vivir ahora con artritis pudieran aparecer síntomas depresivos y/o ansiosos. Si este es su caso es muy importante consultar con su médico y acudir a un psiquiatra o psicólogo que le ayude en este momento difícil. La depresión y la ansiedad empeoran los síntomas del dolor y algunas veces hacen que las personas con artritis rechacen sus medicamentos y la enfermedad se agrava.
Hay grupos de ayuda de personas con artritis que se han adaptado con éxito y viven bien con artritis reumatoide. Ellos forman asociaciones de pacientes y lo van a orientar en donde encontrar el apoyo que usted necesita.
Información sobre grupos de apoyo o asociaciones de pacientes, así como los derechos en acceso a salud en cada país la puede encontrar en página web de la sociedad de reumatología de su país y la de PANLAR.
Las sociedad de reumatología de su país está afiliada a la Liga Panamericana de Asociaciones de Reumatología PANLAR. Si se pone en contacto con ellos tienen listas de sus miembros reumatólogos y terapistas dedicados a artritis reumatoide.
El sitio web PANLAR.
Toda persona que presente alguna enfermedad prolongada, puede tener tarde o temprano problemas emocionales. Esto no es raro que ocurra en artritis reumatoide. La tristeza y la ansiedad se detectan de manera frecuente en estas personas. La intensidad y la gravedad de estos problemas, pueden deteriorar mucho su calidad de vida y la de su familia. Las consecuencias negativas que pueden ocasionar incluyen desinterés en su cuidado, en la toma de medicamentos, en el cumplimiento de las recomendaciones médicas y eventualmente en el abandono personal.
Es muy importante que el paciente, la familia y los profesionales de la salud estemos atentos a los datos iniciales de estas alteraciones. En muchas ocasiones la falta a alguna consulta, el no presentarse con análisis de laboratorio, el comentar que no se toma bien los medicamentos pueden ser la primera señal. Merece la pena preguntar de manera dirigida esta situación en todas las visitas. La detección temprana y el tratamiento oportuno son las mejores opciones para evitar que se desarrollen problemas más graves.
Son muchas las posibles causas que deben explorarse, incuyen entre otras, la falta de información en el paciente y la familia, el futuro incierto, el dolor constante, la falta de sueño, la discapacidad que la enfermedad ocasiona, la modificación de sus actividades que puede llevarles a cambiar hábitos y abandonar actividades que ellos hacían y disfrutaban, el miedo a la deformidad, a perder un empleo o tener dificultades para ser contratado, la carga económica que la enfermedad impone, alteran de manera importante la estabilidad emocional de cualquier persona.
Se recomienda hablar con el profesional de la salud, consultar dudas, comentar con la familia la nueva realidad, entender que con un tratamiento adecuado se puede mejorar en mucho la calidad de vida. Acompañar al paciente en la etapas agudas, para que sienta el apoyo de los que le rodean son los mejores medios para prevenir la aparición de los problemas emocionales.
El tener actividades recreativas, un descanso adecuado, actividad física de acuerdo a su capacidad, un grupo de apoyo social son recomendaciones que ayudan mucho a tener un equilibrio emocional.
Cuando las alteraciones emocionales sean muy intensas, probablemente se requiera el apoyo de personal especializado para ayudarle.